La sociedad en la que vivimos está evolucionando constantemente y a una velocidad alarmante, cada vez más rápido nuestros aparatos electrónicos se quedan obsoletos o aparecen nuevas tecnologías más avanzadas.
Todo empezó a mediados del siglo XX con la televisión. Desde entonces las nuevas tecnologías digitales han ido entrando en nuestros hogares para quedarse.
El televisor supuso toda una revolución en aquella época y provocó importantes cambios en la vida de las personas dentro del hogar. Un ejemplo de este hecho era que al finalizar la jordana, los miembros de una familia se reunian alrededor de aquel aparato cuadrado en el que aparecían imágenes y visionaban el programa que se estuviese emitiendo en aquel mometo.
Lo anterior se podría comparar con las ágoras de la antigua Grecia, donde la gente se reunía y era un espacio dedicado al mercado, a la cultura y a la política. En resumidas cuentas, era el centro de la vida social de los griegos.
Observando estás imágenes se puede apreciar como ha cambiado la forma de entretenimiento del ser humano. Actualmente, estas actividades, que se realizaban en el ágora de Atenas de forma presencial, se están llevando a cabo de manera virtual, es deicr, hoy en día el intercambio social puede hacerse a través de las pantallas. Hace cincuenta años teníamos la televisión y ahora más del 85% de la población posee un smartphone con conexión a Internet y algún que otro dispositivo tecnológico como tablets y portátiles, que cumplen la característica de portabilidad y proximidad, que simplemente quiere decir que son más fáciles de transportar (Angulo y Vazquez, 2010).
Angulo y Vazquez (2010) afirman que esta "densificación tecnológica nos ha llegado a parecer tan normal y tan lógico que nos resultaría imposible, o cuando menos muy difícil, pensar en una situación distinta, en un mundo sin tecnologías" (p. 501).
De esta manera, nace la cibercultura, que surge del uso de las nuevas tecnologías para la comunicación, el entretenimiento y el comercio. Esta nueva cultura también se ha introducido en los centros educativos haciendo más fácil el trabajo cooperativo entre alumnado y entre distintas escuelas, posibilitando la comunicación ubicua y permanente, la individualización del proceso de enseñanza - aprendizaje, la búsqueda de soluciones de forma grupal y la ampliación de las fuentes de información, entre otras ventajas (López y Bernal, 2016).
Todo esto supone un gran cambio metodológico, como comentan López y Bernal (2016) es necesario "un replanteamiento de los roles entre profesorado y alumnado, de las fuentes de conocimiento, de lo que entendemos por
conocimiento e incluso de quienes producen ese conocimiento".
Angulo, F. & Vázquez, R. (2010). El currículum y los nuevos espacios para aprender en Gimeno, J. Saberes e incertidumbres sobre el currículum. Madrid: Morata. pp. 501 - 526.
López - Gil, M. & Bernal, C. (2015). Cultura digital y escuela pública. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, (85), 103 - 110.
Creo que necesitamos menos móviles y mas debates como en la antigua Grecia.
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