Las nuevas tecnologías nos han abierto las puertas de un mundo sin límites, en el que podemos buscar información sobre cualquier tema, compartir ideas y opiniones, ponernos en contacto con gente que se encuentra a miles de kilometros de distancia, conocer la predicción del tiempo de la semana que viene e incluso comprar cualquier objeto.
A pesar de que todo suena maravilloso, la apertura de esa puerta implica que también dejamos la nuestra abierta a monstruos que pueden colarse por ella.
En esta entrada, presentamos a "Ciberacoso".
Con la llegada de las nuevas tecnologías al mundo de la educación, este monstruo puede atormentar a nuestros alumnos y alumnas. Actualmente, los niños y niñas no entran en contacto con estos dispositivos cuando llegan al colegio, sino que ya son usuarios de Internet y tienen cuentas en diversas redes sociales. Como bien señala Buckingham (2008), "los medios digitales han venido a ocupar un lugar central en la vida extraescolar de la mayoría de los jóvenes" (p.225) e incluso de los más pequeños, que gracias a la Web 2.0 han pasado de ser meros consumidores de contenidos a convertirse en comunicadores y productores culturales (Buckingham, 2008).
Esto puede ser una gran ventaja desde el punto de vista educativo, ya que los estudiantes son constructores de su propio conocimiento y responsable de su propio aprendizaje (Solano, 2013), esto se traduce con que el niño o la niña puede dedicar el tiempo y el mometo que quiera a aprender algo que le es de su interés. Esto se relaciona con las características propias del m-learning, que son la movilidad y la ubicuidad.
¿Pero hasta que punto podemos fiarnos de lo que encontramos en la red? No todo lo que nos llega de Internet podemos considerarlo como algo real, ya que hay mucha información de la que no sabemos su procedencia al carecer de referencias bibliográficas. Pero, por otra parte, lo que tiene lugar en la red de manera virtual no podemos considerarlo como algo ficticio solo porque no sucede en un contexto físico (López, 2015). Por ejemplo, los caso de ciber robos, ¿cómo tienen lugar en lo virtual ya no es algo real? Si una entidad de Internet nos sustrae dinero de nuestra cuenta bancaria es algo bastante real.
Volviendo al tema principal, a pesar de las posibilidades que ofrece la red a la educación, nos encontramos con una visión terrorífica: el ciberacoso. Este fenómeno aparece en aquellos niños y niñas que comparten un mismo entorno, es decir, que conviven diariamente juntos,en este caso, en la escuela. Al igual que el bullying tradicional, destacan "aspectos como la dimensión social o el carácter intencional que toda
agresión conlleva" (García, 2013, p.57).
Siguiendo a García (2013), el ciberbylling presenta las siguientes características:
- Intencionalidad y repeteción. Este tipo de agresión tiene como objetivo inflijir todo el daño emocional posible y perdurar en el tiempo, es decir, como se realiza a través de redes sociales, el mensaje puede ser releido miles de veces por una gran cantidad de personas.
- Desequilibrio de poder. En el ciberbullying el poder no recae en la persona más fuerte sobre el débil, sino por el más hábil con las TIC. El agresor se suele esconder trás el anonímato por lo que su víctima encuentra más dificultades a la hora de enfrentarse a esta situación.
- Anonimato. Es una de las características que diferencian al ciberbullying del tradicional acoso y que se encuentra relacionado estrechamente con el desequilibrio de poder.
- Escaso feedback físico y social entre los participantes. Esto no solo tiene su raíz en el anonimato, sino que también se debe a que la víctima y su agresor no tienen contacto directo.
- Publicidad. Al publicarse en Internet cabe la posibilidad de que la información se reenvie y se comparta, llegando así a un gran número de personas.
Como bien se puede aprecir en la imagen del monstruo, esta forma de acoso provoca el rechazo del individuo por las personas que ejercen la violencia e incluso por sí mismo, ya que esta agresión llega afectar profundamente al niño o la niña haciendole sentir inferior, por lo tanto su autoestima se ve gravemente dañada. Otro factor que influye notoriamente en este caso es que el acoso no acaba en la escuela, sino que el individuo sigue siendo victima en su propia casa, no tiene una forma de escape. Esto afecta tanto a nivel psicológico que llega a límites insospechados como el suicidio. Un ejemplo de ello lo podemos ver en la popular serie de Netflix "Thirteen reasons why", donde la protagonista sufre tanto agresiones reales como virtuales que la conducen a tomar la decisión de quitarse la vida.
Muchas personas que sufren algún tipo de violencia prefieren no contar por lo que están pasando, por lo que la situación puede llegar a prolongarse en el tiempo.
Después de leer esta entrada, ¿opinas que el acoso virtual es ficticio?
Bibliografía:
- Buckingham (2008). Más allá de la tecnología: aprendizaje infantil en la era de la cultura digital. Buenos Aires: Manantial.
- Garcia, C. (2013). Acoso y ciberacoso en escolares de primaria: factores de personalidad y de contexto entre iguales (tesis doctoral). Universidad de Córdoba, España.
- López, M. (2015). Nuevos espacios en el que hacer y sobre el que hacer investigación: la digitalidad. Investigación cualitativa en educación, p. 211-224.
- Solano, I. M. (2013). Podcast educativo. Aplicaciones y orientaciones del m-learning para la enseñanza. Sevilla: MAD S.L.
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